Cuando iba caminando a su casa, decidió parar un instante para recordar en que lugar había sembrado el árbol con el que creció; ese mismo que en alguna época sembró en compañía de su padre; fue difícil saber cual era; pero recordó que su papá había escrito en la corteza el nombre de los dos; ese pequeño detalle fue el que finalmente hizo que pudiera encontrar el bendito árbol; el mismo que su papá marcó para que su hijo ciego lo pudiera reconocer sin ayuda de nadie.
jueves, 27 de septiembre de 2018
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