viernes, 31 de agosto de 2012

Señora, usted es una hijueputa...


Y tuve la gran oportunidad de estar en ese preciso instante en el que ella hablaba de la gente pobre, con esa ínfula desbaratada que hacia que sus palabras fueran como un par de balazos impactados en ese lugar en el que duele hasta un soplo.

Miré a mi alrededor y vi que todo era perfecto, su casa era la envidia de cualquier mundano, su habitación era de grande como mi casa, el aroma a hotel 5 estrellas era maravilloso y aunque nunca he estado en uno de esos, seguro estoy que así debía de oler; las fotografías que tenía en su estudio de todos los viajes que había hecho por el mundo eran incontables, al mirar por la ventana vi mi sueño hecho realidad,,, una piscina grande, sola, limpia, sin bulla, simplemente perfecta, pero más asustado quedé al verme a mi mismo en muchísimas de esas fotos; no entendía nada, absolutamente nada.

Porque había despertado en esa casa? después de sufrir lo inimaginable para no pasar el día sin probar bocado, ahora como por arte de magia tenía en una sola mesa muchísimo más de lo que había podido haber comido en toda mi humilde vida. No lo podía creer, tenía todo y cuando digo todo es verdaderamente todo.

Después de comer las mejores delicias de este mundo extraño, comenzó lo que no debió haber comenzado. Vi de primera mano lo que todos en mi barrio siempre decían y que yo nunca pude entender hasta ese segundo: ¨la plata no lo es todo¨. Esa frase que decía doña Lola la de la esquina, esa que repetía don Abelardo el de la tienda, esa misma que se oía a diario en la cancha de tierra en la que jugábamos el ¨picao futbolero¨  de los miércoles en la noche; por fin ese día con el estomago lleno entendí el porque de esa bendita frase.

Asustado a más no poder observé como ella ofendía con toda la furia de una leona en celo a su empleada, la trataba como si fuera la peor criminal de la tierra, con gritos, ofensas, humillaciones y hasta aberraciones. Mi análisis de la situación no lograba entender porque ella se aguantaba esa sarta de agravios, pero cuando la marea bajó entendí perfectamente ese porque del que… Me acerqué a tratar de animarla para que se fuera de inmediato pero me soltó una perla que me dejó perplejo; apenas tenía 22 años, 4 hijos de diferentes padres y eso sin contar que pagaba una habitación de la cual iba a ser expulsada esa misma noche por falta de pago. Su novio que aunque parezca increíble tenía, había sido asesinado; su papá había tenido que irse para un albergue de indigentes y su madre se paraba en un semáforo a vender dulces; su vida realmente era demasiado complicada para entenderla en esos segundos en que decidí preguntarle el porque de su aguante.

La empleada amablemente me dió una bebida caliente que me sirvió para salir del letargo en el que me encontraba y que a la vez ayudó a recordarme realmente quien era yo.

Pues yo era el dueño de la casa soñada por cualquier mundano, yo era el dueño de la piscina que siempre había soñado, yo era el dueño de esa habitación que creí era mas grande que mi casa, yo estaba en todas esas fotos porque eran los recuerdos de todos mis viajes por el mundo; pero también era yo el esposo de la desgraciada que trataba tan mal a su empleada.

En mi sueño; una tal Lola, un señor Abelardo y los comentarios que escuchaba en la cancha donde supuestamente jugaba fútbol me hicieron entender que el dinero no lo era todo y que desgraciadamente me había casado con una mujer que no valía la pena.


Muy decidido después de entender todo esto, sólo atine a buscar a mi esposa para mirarla a los ojos y decirle: Señora usted es una hijueputa; luego me marché para no volver nunca más.





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Solo puedo agradecer...

Siempre he sido un contradictor religioso, me cuestiono una y mil veces las injusticias que pasan en este mundo adolorido. Si hay alguien qu...