sábado, 12 de octubre de 2013

Por fin estamos en Brasil 2014

El fútbol es una de esas cosas que emocionan la vida de manera ilógica... la RAE lo define como un "Juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos".
Parece simple pero los que llevamos en la sangre esa vena futbolera sabemos exactamente que no es un deporte cualquiera, es un extraño suceso que logra subir o bajar los ánimos de todo un país en cuestión de segundos, lo introduce en un velorio o lo saca a una fiesta, lo pone a putear o lo pone a rezar, lo pone a reir o lo pone a llorar; no existen términos medios para esa emoción contenida en el alma de un hincha cuando ve un partido de su selección Colombia.

He visto varios partidos que han marcado la historia de Colombia, y seguro estoy de asegurar que este con el que clasificó al mundial 2014 entra a esa lista maravillosa de juegos inolvidables; el empate 1-1 con Alemania en Italia 90, el mal estigmatizado 5-0 con Argentina y desde este octubre de 2013 el 3-3 con la aguerrida selección Chilena; la historia dirá que fue un simple empate; pero los que lo vimos diremos que fue un empate magistral que aconteció después de ir perdiendo 3-0 en los primeros 45 minutos en el que muy pocos por decir ninguno creyó en una reacción de ese calibre.

Amo a mi selección, pero esa emoción irracional por momentos me lleva a tener instantes de intensa decepción, reconozco que después de ese paupérrimo primer tiempo decidí no seguir viendo semejante masacre; pero esa rabia sólo duró 15 minutos y al comenzar el segundo tiempo estaba pegado de la pantalla como todo un masoquista experto dispuesto a seguir viendo como nos golpeaban el ego futbolero.

Pero faltaba por venir lo mejor, esa maravillosa experiencia de arrancar desde el piso para levantarse como el ave fénix, que gloriosa sensación ver una selección sin complejos por un marcador adverso hasta el tuétano, ese ímpetu mostrado es el que deseamos que lleven todas las generaciones venideras, que a nadie le quede duda que cuando se quiere se puede, que a nadie le quede duda que esto es un ejemplo por excelencia para todo el pueblo Colombiano; y que aunque nuestro entorno a veces se vuelve extremadamente difícil siempre sale una luz de esperanza que debemos seguir, para sacar adelante esta amada tierra llamada Colombia.

Y que a nadie le quede duda que ya estamos en Brasil 2014!!!




El Colombiano
Foto El Colombiano

2 comentarios:

Solo puedo agradecer...

Siempre he sido un contradictor religioso, me cuestiono una y mil veces las injusticias que pasan en este mundo adolorido. Si hay alguien qu...